Corrí hacia el puente. Mis padres me gritaron, pero no les hice caso. Tardarían bastante en alcanzarme, y podía esconderme en el pueblo. Tenía que pedir ayuda allí.
Subí las escaleras de piedra que llevaban al puente colgante. Me agarré a las cuerdas, ya no había vuelta atrás. Con mucho cuidado, fui pisando en las zonas que parecían mas estables, pase los tramos sin travesaños gracias a las cuerdas de los lados y, sin darme cuenta, ya estaba casi al final. Se ve que no me di cuenta, pero pisé un travesaño destrozado que yo terminé de romper y caí. Me quedé colgando de las cuerdas. Para colmo de males, mis padres se habían quedado en el sitio y no hacían más que gritarme. Yo solo quería que se callaran.
Hice acopio de todas mis fuerzas, subí las piernas hacia el travesaño siguiente (menos mal que ese era fuerte, si no...) e hice fuerza con brazos y piernas.
Con seguí subir y, con mucho más cuidado que antes, terminé de cruzar el puente. Bajé las escaleras del otro extremo, y corrí hacia el pueblo por el camino que conocía.
Llegado a un punto, descubrí una bifurcación a la izquierda. Parecía llevar al bosque. Quizás en el pueblo ellos me encontraran, y no pudiera hacer nada por dejar de ir al internado. Pero podría intentar esconderse, preocupar a sus padres y que no la llevaran.
Pero... el pueblo era seguro, podría ir al ayuntamiento y pedir ayuda, al fin y al cabo era lo que había decidido. ¿Qué podía hacer?
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¿Qué harías si fueses Leila?
-Si quieres ir al pueblo, dirígete a "Ayuda".
-Si quieres ir por el camino del bosque, dirígete a "Bayas".
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